martes, 13 de noviembre de 2012

Aseguran que se detuvo la destrucción de la capa de ozono


Las últimas mediciones de la Organización Meteorológica Internacional (OMI) indican que en septiembre de 2011 el agujero de la capa de ozono alcanzó un área máxima en la zona antártica de 24,4 millones de km2, mientras que el máximo se alcanzó el año 2006 (con 28 millones de km2). Los especialistas coinciden en que se ha estabilizado la destrucción, y que los indicadores demuestran que la tendencia es que siga bajando, aunque el problema no está resuelto del todo, principalmente porque los gases ya emitidos a la atmósfera siguen interactuando y provocando el mismo efecto en la primavera austral.

De todas maneras, los expertos de la OMI dicen que si no se hubiera firmado el protocolo de Montreal, dos terceras partes de la capa se habrían destruido; la radiación ultravioleta se hubiera incrementado seis veces, y, en apenas cinco minutos, la exposición al Sol habría causado quemaduras en la piel . Sin capa de ozono, aumenta el riesgo de contraer cáncer de piel, enfermedades oculares, como cataratas, y daños al sistema inmunológico, además de afectar al ecosistema.

La previsión es que la destrucción de la capa de ozono retroceda lentamente y que para mediados de siglo, en el año 2050, pueda volver a los niveles alcanzados en los años ochenta.
Desde principios de esa década, la destrucción de la capa de ozono tuvo un incremento continuo y regular. Pero desde finales de los noventa, cuando comenzó a aplicarse el protocolo, se aprecia una estabilización.

El Protocolo de Montreal se concentraba específicamente en reducir los gases conocidos como CFC (clorofluorocarbonos), presentes en aerosoles y equipos de refrigeración.

Pero el principal problema surgió con los productos que se utilizaron para reemplazarlos. La mayoría de ellos con el compuesto Hcfc (hidroclorofluorocarbonos). “El Hcfc más utilizado es casi 2.000 veces más potente que el dióxido de carbono en sus efectos sobre el calentamiento de la Tierra”, dijo Ban Ki-moon, secretario general de las Naciones Unidas, en un mensaje con motivo del Día Internacional de la Preservación de la Capa de Ozono.

El desafío que viene, coinciden los especialistas, es controlar a los gases Hcfc. Piden que sean totalmente reemplazados para el año 2040, una medida que estaría a la altura de aquel histórico encuentro de Montreal, hace ya 25 años, que logró controlar el agujero en la capa de ozono.
Las últimas mediciones de la Organización Meteorológica Internacional (OMI) indican que en septiembre de 2011 el agujero de la capa de ozono alcanzó un área máxima en la zona antártica de 24,4 millones de km2, mientras que el máximo se alcanzó el año 2006 (con 28 millones de km2). Los especialistas coinciden en que se ha estabilizado la destrucción, y que los indicadores demuestran que la tendencia es que siga bajando, aunque el problema no está resuelto del todo, principalmente porque los gases ya emitidos a la atmósfera siguen interactuando y provocando el mismo efecto en la primavera austral.

De todas maneras, los expertos de la OMI dicen que si no se hubiera firmado el protocolo de Montreal, dos terceras partes de la capa se habrían destruido; la radiación ultravioleta se hubiera incrementado seis veces, y, en apenas cinco minutos, la exposición al Sol habría causado quemaduras en la piel . Sin capa de ozono, aumenta el riesgo de contraer cáncer de piel, enfermedades oculares, como cataratas, y daños al sistema inmunológico, además de afectar al ecosistema.

La previsión es que la destrucción de la capa de ozono retroceda lentamente y que para mediados de siglo, en el año 2050, pueda volver a los niveles alcanzados en los años ochenta.
Desde principios de esa década, la destrucción de la capa de ozono tuvo un incremento continuo y regular. Pero desde finales de los noventa, cuando comenzó a aplicarse el protocolo, se aprecia una estabilización.

El Protocolo de Montreal se concentraba específicamente en reducir los gases conocidos como CFC (clorofluorocarbonos), presentes en aerosoles y equipos de refrigeración.

Pero el principal problema surgió con los productos que se utilizaron para reemplazarlos. La mayoría de ellos con el compuesto Hcfc (hidroclorofluorocarbonos). “El Hcfc más utilizado es casi 2.000 veces más potente que el dióxido de carbono en sus efectos sobre el calentamiento de la Tierra”, dijo Ban Ki-moon, secretario general de las Naciones Unidas, en un mensaje con motivo del Día Internacional de la Preservación de la Capa de Ozono.

El desafío que viene, coinciden los especialistas, es controlar a los gases Hcfc. Piden que sean totalmente reemplazados para el año 2040, una medida que estaría a la altura de aquel histórico encuentro de Montreal, hace ya 25 años, que logró controlar el agujero en la capa de ozono.
 


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