sábado, 24 de abril de 2010

La reactivación del volcán Eyjafjallajökull

Después de 187 años de inactividad, el volcán Eyjafjallajökull expulsó una gran nube de ceniza volcánica, lo que obligó a suspender el 80% del tráfico aéreo en Europa. Pero este podría ser sólo el comienzo de eventos mucho más serios.

Islandia parece ser un caso excepcional de vulcanismo causado por dos mecanismos que suelen actuar de manera independiente: una zona de rift y un punto caliente (hotspot). El primero es responsable de las dorsales oceánicas existentes por ejemplo entre América (por un lado) y Europa y África (por el otro). El ejemplo más famoso del segundo lo constituyen las islas Hawaii, las cuales se han formado por el desplazamiento progresivo de una placa tectónica sobre un punto caliente fijo. Lo extraño en este caso es que el punto caliente parece que se ha movido en dirección sureste, desde el centro de Groenlandia hace unos 60 millones de años, hasta Islandia en la actualidad; todo lo cual resulta muy extraño, pues no hay una cadena de islas entre Groenlandia e Islandia, como sucede en Hawaii. Por esta razón, la hipótesis del punto caliente ha sido cuestionada seriamente por algunos vulcanólogos quienes piensan que el vulcanismo en esta región del mundo puede ser explicado de una manera más simple por estar en una zona de rift y por una particular composición del manto, el cual allí se puede fundir a temperaturas menos altas que en otras regiones.

Pero sin importar la causa, lo cierto es que Islandia es una región de intensa actividad volcánica, como lo atestigua la presencia de numerosos volcanes de nombres casi impronunciables en esta pequeña isla. En los últimos días, la reactivación del volcán Eyjafjallajökull ha causado la cancelación de numerosos vuelos en el norte de Europa, debido a la expulsión de una gran nube de ceniza volcánica, capaz de bloquear las turbinas de los aviones y producir su caída, como ya ha sucedido antes. Hubo dos casos, en 1982 (por el volcán Galunggung en Indonesia) y 1989 (por el volcán Redoubt en Alaska), en donde este fenómeno obligó a efectuar aterrizajes de emergencia después de que los motores dejaron de funcionar. Por fortuna no hubo víctimas que lamentar en ninguno de ellos, pero los riesgos son reales y los costos pueden ser muy altos: la reparación del avión de KLM involucrado en el incidente de 1989 costó 80 millones de dólares.

El volcán Eyjafjallajökull, inactivo desde hacía 187 años, anunció su regreso con una serie de terremotos que comenzaron a principios de marzo de este año. Además el terreno en sus cercanías se elevó 4 cm, señales ambas de que el magma se estaba moviendo desde abajo. Finalmente hizo erupción el 20 de marzo, y los expertos creen que la actividad puede seguir durante los próximos meses (y por lo tanto los problemas para el tráfico aéreo).

En ocasiones anteriores, las erupciones de este volcán fueron seguidas por erupciones del vecino volcán Katla, pero hasta ahora éste no ha mostrado señales de reactivación. Aún así, algunos vulcanólogos han expresado su preocupación de que este episodio pudiera ser el comienzo de un incremento en la actividad volcánica de Islandia, la cual parece tener una periodicidad de entre 50 y 80 años. De hecho, durante los últimos 10 años la actividad se ha incrementado, en contraste con la última mitad del siglo XX que fue inusualmente tranquila. Un estudio publicado en Geology (1998) muestra que, en comparación con otras regiones volcánicas de la Tierra, en Islandia la frecuencia de erupciones es mayor y los episodios de activación duran más, mientras que los períodos de actividad baja son más cortos.

Los vulcanólogos de todo el mundo están a la expectativa, pues en ocasiones las erupciones volcánicas en Islandia pueden tener efectos devastadores, no sólo a nivel local, sino también global. En junio de 1783, una serie de erupciones del volcán Laki arrojaron más de 100 millones de toneladas de dióxido de azufre y otros gases tóxicos a la atmósfera, lo que causó la destrucción de la vegetación local y la muerte de más de la mitad del ganado en Islandia. Esto a su vez produjo una hambruna que acabó con cerca de la cuarta parte de la población local (9.000 personas). Pero sus efectos no terminaron ahí. Simulaciones por computador realizadas por científicos de la NASA muestran que el dióxido de azufre debió combinarse con el agua atmosférica para producir ácido sulfúrico, el cual permanece durante largo tiempo en la atmósfera y es capaz de bloquear el paso de la luz solar. Esto causó uno de los veranos más fríos en

Europa del norte en 1784. Más al sur, los niveles del río Nilo bajaron dramáticamente en 1783 y 1784, lo que ocasionó hambre y muerte a lo largo de sus riveras (se calcula que pereció el 17% de la población rivereña). También hay evidencias de hambrunas asociadas con un episodio de sequía en India en 1783, las cuales se conocen localmente como "las hambrunas de Chalisa", debido a un debilitamiento del monzón. Las modelaciones por computador mostraron que todos estos efectos nefastos fueron causados por el volcán Laki.

Fuente

0 comentarios: